Hemos estado firmemente encadenados por el enemigo de las pasiones mundanas como la codicia y la ira y hemos transmigrado en la jaula de los engañosos tres reinos. Al ver esto, el Buda Amida, con profunda simpatía como una madre compasiva, corta nuestros lazos de transmigración con la espada afilada de su nombre, pone a flote el preciado barco del voto esencial sobre las olas del océano de la angustia y nos conduce al orilla de la Tierra Pura. Reflexionando sobre esto, nuestra alegría se vuelve incontenible para las palabras; podemos derramar las lágrimas de alegría en nuestras mangas y nuestro corazón se siente abrumado por la adoración del Buda Amida.
-Honen Shonin
La promesa del Buda Amida, pág. 397
Traducido al español por Chijo Cabanelas