Esta escena muestra a Honen, a quien se le permitió ingresar a Tokio por primera vez después de ser exiliado, pero tan pronto su salud se deterioró. y estaba llegando al final de su vida.
Los discípulos que lo rodeaban le aconsejaron a Honen que recogiera el hilo de cinco colores atado a la estatua de Amida Tathagata como ritual final. (Lo cuál era una costumbre antigua, usada para qué el moribundo sintiera una conexión mayor con el Buda, y pudiera visualizarlo).
Sin embargo, tal vez porque Honen practicaba la contemplación en el monte Hiei cuando era joven, ya podía percibir a los Budas y Bodhisattvas frente a sus ojos, incluso sin la ayuda de imágenes budistas.
En la pintura se ve a Honen de espalda a la imagen, y concentrado en el Buddha y los bodhisattvas.
Honen Saint Biography (9 volúmenes, edición Rin'a), Volumen 8, período Kamakura, siglo XIV, Museo Nacional de Tokio.
traducido y editado por Chijo Cabanelas
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