Honen dijo una vez: Un hombre que oraba por la vida en el más allá dijo que si uno mantiene la mente serena y recita el Nembutsu, el Buda vendrá a darle la bienvenida. Pero el Sutra Amida dice: «El Buda con todo su séquito está justo frente al moribundo, de modo que, cuando fallece, no experimenta angustia mental, sino que nace en esa Tierra de Perfecta Dicha». Ahora bien, el punto a observar es que, al llegar al final de la vida, el Buda Amida aparece con su santo séquito ante sus propios ojos. Es después de verlos, que la mente ya no sufre angustia, y así se alcanza el nacimiento en la Tierra de la Dicha. En lugar de orar para que, al morir, sin dolor o sea por una enfermedad leve, sería mejor dedicar el mismo tiempo, estando sanos, a rezar el Nembutsu aunque sea una sola vez por el renacimiento. Así, cuando llegue el fin, podrás ser favorecido con la bienvenida del Buda Amida, liberarte de esos tres venenos (la codicia, la ira y el engaño) y, con la mente serena, nacer en la Tierra Dichosa. Y, sin embargo, aquí es donde hay que tener precaución. Esto no significa que, al morir, no necesites en absoluto un consejero religioso, aunque te sea de poca utilidad. Pero, como enseñaron nuestros grandes maestros, cuando se acerque el fin, debes colocar una imagen o cuadro del Buda Amida en la pared oeste de tu habitación y, mirando hacia el oeste, escuchar la exhortación de tus consejeros religiosos que te dicen que repitas el Nembutsu. Esto, digo, es lo deseable.
La realidad es que nadie sabe de antemano cómo morirá. Puede ser de repente en la carretera, puede ser en el baño, puede ser un retrete. Puede ser que una persona sea abatida por una espada larga o una daga, que muera quemada o ahogada; pues es imposible escapar de las consecuencias de su mal karma anterior. Y, sin embargo, independientemente del tipo de muerte encuentre, si practica el Nembutsu a diario y ha decidido ir a la Tierra de la Dicha, cuando finalmente llega al final, Amida, Kannon y Seishi salen a darle la bienvenida, y así debemos creerlo. Dice el Ojoyoshu de Genshin que, independientemente del tiempo, el lugar u otras circunstancias, si una persona comienza a orar por el ojo al acercarse a la muerte, no hay método de salvación comparable al Nembutsu, y así es.
Todas las selecciones, salvo indicación contraria, provienen de la Biografía ilustrada de Honen Shonin (Honen Shonin gyojoezu), también conocida como la Biografía de los cuarenta y ocho fascículos (Shijuhachikan-den). La traducción es de Honen, el Santo Budista: Su Vida y Enseñanza, de Harper Havelock Coates y Ryugaku Ishizuka, Chion-in: 1925. Editado por 智定 Chijo Cabanelas
Capítulo 23, sección 10, página 440.