"Que al llegar al momento final de la vida, puedas, con una mente serena, mirar al rostro del Buda Amida, llamar Su nombre con tus labios, y en tu corazón ser capaz de esperar con confianza la bienvenida que te extenderá su Santa Corte.
Aunque a lo largo de los días y años de vida hayas acumulado mucho mérito por la práctica del Nembutsu, si en el momento de la muerte caes bajo el hechizo de algún mal y, al final, te entregas a un corazón maligno y pierdes el poder de fe y la práctica del Nembutsu, significa que pierdes esa posibilidad de nacer en la Tierra Pura inmediatamente después de la muerte. Por eso, Zendo nos instó tan tiernamente a orar así:
'Que nosotros, los discípulos del Buda, al llegar a morir, no suframos ninguna perversión mental, ni caigamos bajo el hechizo de ninguna alucinación, ni perdamos la conciencia de la verdad, sino que, libres de la agonía de la mente y el cuerpo, en paz mental, como aquellos en un éxtasis perfecto, veamos esa santa corte de Amida que vendrá a encontrarnos, y, embarcándonos a salvo en el barco de su Voto Original, podamos nacer en la Tierra Pura del Buda Amida y sentarnos sobre el loto del primer rango.'
De esto queda aún más claro que debemos orar por una mente serena cuando llega la muerte."
Referencia:
El texto ha sido editado y adaptado de la Introducción de Honen, el santo budista: Su vida y enseñanza, de Harper Havelock Coates y Ryugaku Ishizuka, que es una traducción de la Biografía ilustrada de Honen Shonin (Honen Shonin gyojoezu), también conocida como la Biografía de los cuarenta y ocho fascículos (Shijuhachikan-den). Kioto: Chion-in, 1925.
Traducido y editado por Chijo Cabanelas